jueves, 17 de enero de 2008

El dolor se intensificó,pero luego remitió un poco.El aire aliviaba mis heridas.Cuando sus dedos acariciaron,sentí un placer tan terrible que apenas podia contenerme.
-Volverás a hacerlo?-preguntó él.
-Jamás-murmuré
-Volverás a desafiar mi autoridad?
-Nunca,lo prometo
-¿Que más?
-Te amo
Las caricias de sus dedos sobre mis heridas me deleitaban sin medida,tanto que nisiquiera me atreví a levantar la cabeza.Apreté mi mejilla contra la colcha,aguanté la respiración y dejé que las lagrimas brotaran.Sentí una profunda calma,una sensación que robaba el control de mis extremidades.
Cerré nuevamente los ojos y senti sus labios cerca.Cuando me besó,sentí que moria,el cielo era un paraíso excelso y delicioso...

1 comentario:

Robin dijo...

Lo suave de una caricia después ante una herida, te das cuenta que somos tan grandes y tan pequeños a la vez, que podemos con la mano inferir daño y con la misma inferir amor, chévere tu post… saludos…